miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mis Clientes de Vino: Los Pasionales


En el artículo anterior de esta serie que me he propuesto escribir, hablaba acerca de que todos los clientes tienen sus peculiaridades. Mencionaba los clientes con patrones ya catalogados por mí durante tanto tiempo de servicio y ejemplifiqué el llamado pseudo- experto. Explicaba que era uno de los más difíciles, pues rectificarlo es ponerlo en una situación de aprieto que empañaría la imagen que quieren hacer demostrar en la mesa.
Hoy hablaré del cliente con patrón pasional. Este es una persona excesivamente emotiva que ama la buena mesa y el buen servicio. Analiza y aprueba inconscientemente desde el recibimiento que le ofrecen a él y a sus acompañantes  en la puerta del restaurante hasta la disposición y  pulcritud de los elementos en mesa, el ambiente agradable y tranquilo del local y la amabilidad del sommelier y el dependiente que lo atiende.
Otra de las características propias del cliente pasional es que aprecia la precisión ante las preguntas que hace. Le gusta saber exactamente sobre las preparaciones de platos escogidos, incluso  cantidad y en cuanto a vino pregunta por las variedades de uvas que están presentes en los vinos de corte, la calidad de las añadas de una región específica y su posible maridaje con el plato seleccionado.
Degusta la comida y el vino con mucha satisfacción. Hace comentarios sobre el aporte de los ingredientes al gusto general de los platos y cuando termina manda a felicitar al chef de cocina si los resultados son los esperados por él. Si el vino fue sugerido acertadamente por el sommelier, elogia el papel de este y lo clasifica respetuosamente como un profesional inteligente y digno.
Los profesionales con experiencia en la restauración suelen ganarse su simpatía. Para esto, el papel del sommelier debe ser decidido y sincero. Debe conocerse al dedillo todo lo referido a los vinos en la Carta así como los platos que conforman el Menú del restaurante en cuestión. Debe estar atento a mantener la copa de vino con la cantidad apropiada de líquido durante toda la cena, procurando mantener la temperatura ideal.
Generalmente estos clientes piden la oxigenación y/o decantación de los vinos y concentran su atención en este servicio. Escogen vinos clásicos y no se arriesgan con nuevas marcas que aun no se conocen con amplitud.  
Gustan de una copa de vino dulce para el postre y, después del café, destilado y habano son parte esencial de la sobremesa. El sommelier no debe dudar en hacer un servicio impecable de encendido del puro y de aconsejar la mejor bebida para este.
A pesar de la extremada atención que requiere este cliente, nos deleitamos con sus refinamientos. Nos obliga a perfilar nuestro servicio, a cuidar la etiqueta que caracteriza al verdadero profesional. Por mi parte, con este tipo de cliente me siento más cómodo.
Este es otro patrón. Existe una veintena más según mi modesta clasificación.  La Gran Enciclopedia de Tipos de Clientes de Vinos continúa escribiéndose. ¿No se ha visto reflejado aun? Tal vez sea caracterizado la próxima vez. No falte, por favor.

1 comentario:

  1. Hoy usted podrá escuchar a René García por Radio Taino,de La Habana, cuba, a las 7 de la noche.. por internet nos puede contactar por www.radiotaino.cu

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